Estos últimos días hemos tenido lluvia que bastante falta nos hace, aunque el día de hoy Samuel tuvo un percance que Gracias a Dios no pasó a mayores. Cuando iba a llevar a Samantha a la escuela, el carro de adelante frenó y al frenar Samuel el carro se descontroló y la llanta pegó en el cordón del camellón, esto hizo que la llanta se ponchara y todavía invadiera el carril de enseguida, gracias a Dios no estaba ningún carro justo ahí en ese momento, y gracias a ello las cosas no pasaron a mayores. Era la hora de más tráfico en el Periférico de la Juventus (7:20 a.m.), me sentí muy nerviosa y preocupada por lo que pudo haber sucedido, pero a la vez fué una alerta que nos concientiza a manejar a menos velocidad.
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