Ahora que se acerca el fin de año, me he dado a la tarea de poner en marcha el ritual que tanto aconseja mi mamá "sacar lo viejo para que entre lo nuevo"... en serio que son muchas las cosas que uno acumula durante los años, ropa que hace 20 kilos ya no me queda, todos las notitas y tickets que se van quedando en las bolsas, el arete que no encuentro el par hace 5 años pero que no lo tiro por si de milagro lo encuentro, la tuerca que nunca supimos de donde se safó, los 20 calcetines que no tienen par y bueno un sin fin de cosas que ni cuenta que me había dado que todavía las conservo... claro que hay recuerditos que nunca me desharé de ellos porque tienen valor sentimental para nosotros....
Tal es el caso de una lata de Portola que tenemos guardada en la alacena desde hace "13 años"... la compramos en nuestro primer mandado de recién casados y como a Samuel no le gustan las sardinas le dí largas y en 13 años jamás la abrí, (y como dijo Don Teofilito, "ya ni la abriremos") pero ahí está al pié del cañón haciéndome saber que cuando más vacía pueda estar la alacena, siempre abrá una lata de sardinas que nunca permitirá que el gabinete quede totalmente vacío :o)